jueves, 19 de febrero de 2009

El poeta agradece haber nacido en Valparaíso

Por más agua bendita que traigan
las lluvias y los ríos
nunca quisiera haber sido yo mismo
una catedral gótica;
imagine usted, este neófito que escribe,
por más hermoso que sea, cómo podría
llegar a ser la Notre Dame,
o la catedral de Burgos del cerro Cordillera?
pobre lenteja verde,
qué ridículo me vería
con arcos aguzados sobre mi cabeza,

o que mis piernas fuesen dos columnas
casi tocando el cielo,
y mi pobre fachada que ya no tengo,
la torre principal mi campanario;

yo que nunca me he puesto
una corbata al cuello, ni zapatos
demasiado brillantes,
no me vería bien con una bóveda de crucería,
o a dos brazos
sujetando arcos y agujas,

ay, madre mía, tu tesorito agradece
el haberme traído a este mundo,
hecho de carne y hueso, brillando
entre tanta naturaleza salvaje.